Una forma de empatía casi consigue hacernos sentir la insignificancia y fragilidad del astronauta Bruce McCandless embutido en su traje espacial. Puedo imaginar la sensación de soledad que se puede experimentar a unos 100 metros de la nave. Fotografiado por sus compañeros desde la bodega de carga del Challenger en 1984; dos años antes de que sufriera el que probablemente fue el accidente más grave de la carrera espacial.
Esos trajes espaciales han sido mejorados. Recordemos que estamos situados casi cuarenta años atrás. Un traje que en la Tierra pesaba alrededor de 140 kg. (Obviamente no, en el espacio). Los elementos de soporte vital, el depósito de la mezcla respirable. Sensores, transmisor y los propulsores que expulsaban nitrógeno para desplazarse.
El impacto de un desecho del tamaño de un grano de arroz, en determinadas partes de la unidad MMU podría causar una catástrofe, incluso mortal.
Créditos de la Fotografía: NASA Misión STS-41-B
Créditos de la Fotografía: NASA Misión STS-41-B
Impresiona ! sin duda q sí. Somos tan insignificantes siempre pero al visualizarlo a él en medio del universo, además asusta. Una lastima lo q después le ocurrió. Estos cientificos
ResponderEliminaraventureros tienen muchísimo valor y mérito. Un beso
No sé si te he entendido bien. A Bruce no le pasó nada. Al transbordador Challenger, sí.
EliminarBruce aún pudo participar en por lo menos una misión que yo sepa. Cuando instalaron el telescopio Hubble Bruce murió en 2017 con 80 años. No sé la causa concreta, aunque los de esa edad (a la que me voy acercando pasito a pasito) siempre mueren porque son viejetes.