Hoy he sabido la opinión de astrofísicos sobre nuestra situación en el Universo.
¿Estamos solos? —les preguntaban.
Ellos contestaban con una afirmación que a pesar de ser sabida, su naturaleza inquietante nos hace tender a olvidarla:
Sí; estamos solos, pero ellos también están solos.
Me costaría encontrar una frase que, en tan pocas palabras, resumiera y describiera esa —a veces— angustiante realidad. En 2016 se actualizó el cálculo de las galaxias que se estima hay en el universo y el número alcanzó los dos billones (sí,sí, con b de burro). Si tenemos en cuenta que la nuestra, la llamada Vía Láctea, calculamos que puede tener entre 100.000 y 400.000 millones de soles (estrellas), podrás llegar a imaginar (que no comprender o asumir) el ingentísimo número de planetas que pueda llegar a haber en el universo observable. Ni siquiera merece el esfuerzo de multiplicar semejantes cifras.
¡Pero para aquí un momento!
Nosotros, por regla general, nos dejamos llevar por un sentimiento contradictorio, entre el anhelo de conocer «vecinos» y el miedo al extraño, extranjero, alienígena. A pesar de los temores, derivados de las experiencias ancestrales que hemos tenido entre nosotros, parece que puede más el anhelo y la imaginación nos lleva a hacernos preguntas. Las veremos una un poco más adelante.
Los astrofísicos nos dicen que puede haber un número desconocido de civilizaciones en el universo, pero este es tan enorme, que ni siquiera consiguiendo tecnologías que nos permitieran alcanzar velocidades cercanas a la luz (cosa muy improbable) haría posible los tan recurridos "encuentros en la fase que sea"
Pero decía que nos hacemos preguntas y seguimos pensando, reflexionando y tratando de respondernos qué cosas podríamos compartir con ellos. Pues bien, sin que exista, evidentemente, dato alguno que lo corrobore, son muchos pensadores, los que apuestan porque una de las cosas humanas que muy probablemente provocarían empatía y serían compartibles, sería la música.
Y es que el poder que tiene la música para despertar sensaciones y aflorar los sentimientos nobles que nos hace humanos, es un poder perceptible en cualquier momento de la escucha.
Te invito a comprobarlo visionando y escuchando este video.
Fíjate en esos rostros; seguramente te verás a ti mism@:
Fíjate en esos rostros; seguramente te verás a ti mism@:
Imagen de Evgeni Tcherkasski en Pixabay
Sigo pensando, Nox, que todo esto que se suele decir, incluso por parte de científicos, está dominado por una visión estrechamente humana o limitadamente humana. Nos cuesta pensar, no podemos de momento pensar, que si hay otros no tienen por qué moverse en torno ni a civilizaciones ni pueblos (no te digo naciones) ni culturas ni equis usos y conductas de nuestros paradigmas, y si hay los esos otros acaso sus autosistemas no se parezcan en nada al nuestro. Como puede que no se parezca el ámbito ni la energía ni la evolución o lo que sea en ese supuesto planeta que acoja supuestos otros. Ve a saber y siempre puertas abiertas, por supuesto. Y nada de celos por vecino sideral alguno, ya tenemos bastante con los próximos con nuestras jetas.
ResponderEliminarGracias Fackel.
ResponderEliminar...dominado por una visión estrechamente humana...
—¿Acaso tenemos otra a nuestras disposición? Creo que no. Solamente podemos establecer posibilidades partiendo del conocimiento que tenemos.
¿Un organismo autoconsciente podría tener unas características muy diferentes a la nuestra?
—Solemos establecer que un organismo debería estar basado en los elementos conocidos como sustanciales -carbono (C), el hidrógeno (H), el oxígeno (O), el nitrógeno (N), el fósforo (P) y el azufre (S).- Pero cada vez más, la comunidad científica abre la puerta a otras posibilidades. Y efectivamente, como dices, un organismo basado en el sílice, muy posiblemente tendría una organización social, cultura etc. muy extrañas para nosotros.
Pero mi entrada pretende poner el énfasis en otro asunto: La cada vez más reconocida imposibilidad de que diferentes civilizaciones, sean de las características que sean puedan llegar a contactar.
Por eso estamos solos y ellos también.
Buena pregunta a los sabios y su respuesta inteligente. ¿Llegar a conectar? Con los cercanos que tenemos, me parece suficiente. Coincido con los astrofísicos, con tu experiencia y la de Fackel.
ResponderEliminarGracias por dejar preguntas siderales, terrestres y personales.
Un abrazo.
Me pierdo en ese cálculo de galaxias, soles, estrellas...pero me encuentro -como en el vídeo- cuando notas de aquí o allá despiertan mi emoción, mi sentir y me conectan.
ResponderEliminarFeliz tarde Ricard.