foto: Ricard Pardo |
Emprender el vuelo es lo mismo que despegar.La muerte no es un instante en el tiempo, sino un proceso.
Mi álterego favorito, Okanuh y ahora, además, único (Any'a, se disolvió en el espacio de los recuerdos) quiere que reflexione sobre estas dos frases.
Sé que él se refiere a un vuelo muy concreto: Emprender el vuelo hacia el vacío y la nada. Es su forma tenaz y testaruda de entender la muerte. No le voy a sacar de ahí. Entre otras cosas, porque si llegar a esa conclusión, le ha costado algo más de sesenta y cinco años de uso de razón, afiliación a diferentes religiones y prácticas espirituales, con sus consecuentes decepciones y desengaños, no creo que con el poco tiempo que me queda, pueda darle la vuelta a esta peculiar tortilla.
Okanuh insiste en que me fije en el verbo despegar.
Entiende —me dice— que despegar es dejar de estar pegado. Los aviones cuando emprenden el vuelo dejan de estar pegados al suelo. Emprender el vuelo hacia el vacío y la nada, requiere despegarse de todo lo mundano y material. Y no se trata de ganar un cielo, paraíso o mandanga semejante. Eso son ideas de hombre para los hombres que necesitan dioses. No; solo se trata de aligerarse. No lo vas a pasar bien si en el momento preciso pretendes volar con toda la carga de deseos, preocupado por tus posesiones, por todo aquello que irremediablemente dejarás aquí. ¿Sabes lo qué es el ego? Pues bien, ese también hay que ir aligerándolo.
Hay quien prefiere usar la palabra «desapegar y desapego» Me parece bien, pero a mí, con la primera (despegar) me basta.
Pero afortunadamente, aunque suponga alargar el sufrimiento, si la vida te lo concede, la muerte es un proceso. Un proceso aprovechable. Empieza muchísimo antes de lo que supones y te brinda un buen manojo de oportunidades. Solo es cuestión de estar atento. Y esa atención solo es posible cuando el temor se deja a un lado. Desde el dolor de espalda, hasta tus enfermedades crónicas, pasando por el fastidio de olvidar las cosas, todo, son oportunidades. Conviene afinar la atención central y tratar de escuchar el susurro del maestro interior, siempre paciente y dispuesto. No todos tienen esta suerte y su muerte, si bien sigue siendo un proceso, tiene un momento rompedor y súbito, pero escucha lo que sigue:
Porque aun después de que los indicadores biológicos ya no ofrezcan señal alguna, el proceso sigue. Algunos lo llaman "la vida después de la muerte" Error mayúsculo. Solo se trata de una muerte «inacabada». El proceso es irreversible.
Entonces —le pregunto— ¿Todas esas experiencias ECM de las que tantos libros se han escrito? ¿Y aquello del túnel con la luz blanca al final y los amigos y parientes que te dan la bienvenida?
Te lo he dicho: Proceso inacabado. Por supuesto que se puede volver y en el futuro la ciencia lo posibilitará en mayor medida. Estamos hablando de múltiples formas de reanimación. Pero fíjate bien. Solo son partes de un proceso inacabado. Siempre llega el momento decisivo de emprender el vuelo. Un despegue hacia el vacío y la nada.
Okanuh, se me hace muy duro eso del vacío y la nada. Entonces, ¿qué sentido tiene la vida humana?
La pregunta sobre el sentido de la vida, es como el ruido de fondo en una emisión radiofónica. Es un recurso recurrente de la mente (perdón por la redundancia) que busca significados aún y donde no lo hay. ¿Por qué tendría que tener un sentido? ¿Por qué no aceptar que podría no tenerlo?
Okanuh aconseja no hacerle ni puñetero caso. Según él, yo y solo yo, debo ser la víctima de sus retorcidas elucubraciones. A los demás les sugiere que se busquen la vida su particular Okanuh
Okanuh, se me hace muy duro eso del vacío y la nada. Entonces, ¿qué sentido tiene la vida humana?
La pregunta sobre el sentido de la vida, es como el ruido de fondo en una emisión radiofónica. Es un recurso recurrente de la mente (perdón por la redundancia) que busca significados aún y donde no lo hay. ¿Por qué tendría que tener un sentido? ¿Por qué no aceptar que podría no tenerlo?
Okanuh aconseja no hacerle ni puñetero caso. Según él, yo y solo yo, debo ser la víctima de sus retorcidas elucubraciones. A los demás les sugiere que se busquen
Todo son oportunidades...supongo que quieres decir para afrontar el proceso final; y sí, me parece útil y necesario ser consciente de esas señales que son oportunidades de mentalización. Desde luego que el punto final es el de no retorno: en ningún sentido. Y me importa un carajo que algunos hablen de alma, de polvo cósmico (en realidad preferiría el de polvo enamorado quevediano) o de huríes (de haberlas estas que sean en este lado de la laguna) Y es que vivimos con los recursos tramposos de la mente, que son los que quieren evitar despegue (imposible, claro) o desapego (esto ya deberíamos tenerlo en vida) y pues sea el juego, de ajedrez, de damas o al escondite (este practicamos la mayoría) sabemos de antemano quién será la ganadora. Un abraxo.
ResponderEliminarTener y llevar a cabo "desapego" en vida es el mejor consejo que jamás me han dado. Es un constante descubrimiento de la cantidad de innecesidades que nos acompañan. Soltar es ganar en ligereza o lo que es lo mismo, libertad.
Eliminar“Emprender el vuelo”, es un buen título, para hablar con “Okanuh” (alterego), o con cualquier persona que viva, sienta y piense, se encuentre en cualquiera de las etapas del proceso de conciencia o del proceso de despegue, inacabado.
ResponderEliminarEl proceso de “emprender el vuelo”, puede llamarse de muchas maneras, pero puede entender se fácilmente, como “despegar” o “partir”.
Pero, llegando (por ley de vida; edad, achaques, etc.), también a mí “se me hace muy duro eso de un despegue para ir hacia el vacío y la nada”. Todo en la vida, tiene un porqué, y por supuesto la vida misma y sus etapas.
De una forma o de otra, solemos ser y tener momentos especialmente conscientes, indicaciones de un maestro interior o “intuiciones” que no suelen cerrar puertas, sino abrir hacia experiencias futuras, porque la vida no se acaba.
Copio textualmente lo que escuchó alguien concreto, “lo que me dicen…sobre el cambio, el crecimiento y los diferentes planos- Hay un plano de conciencia y un plano de transición. Venimos de una viday, si las lecciones se han completado, pasamos a otra dimensión, otra vida. Debemos comprender plenamente. De lo contrario no se nos permite pasar…tenemos que repetir porque no aprendemos. Debemos experimentarlo desde todos los aspectos. Debemos conocer el lado de las carencias, pero también el de la entrega. Hay muchísimo que saber (¿aprender tal vez?) muchísimos espíritus (maestros) dedicados a eso. Por eso estamos aquí”.
Gracias Noxeus, por mostrar el vuelo con la foto del ave, y la búsqueda incesante de tus reflexiones o soliloquios.
Conozco bien ese fondo ideográfico que concibe la existencia como una sucesión de vidas, donde se aprende. Con diferentes nombres, la idea es el alcance de una supuesta liberación. Para mi estas cosas, nunca serán motivo de debate, pues lo que he podido experimentar a lo largo de mi vida es que debatir ideas en bueno, pero debatir creencias, ya no lo es tanto. Máximo respeto para las de los demás. Y a partir de ahí apelo a la prudencia, por un lado, y por el otro a la inteligencia del que conversa conmigo.
EliminarMi querido Ricard, es muy interesante el planteamiento ( el que exponéis Okanuh y tú) así que a tu primera parte no le voy a añadir nada, lo dices tú todo ( lo del desapego emocional es mi asignatura pendiente, auqnue me da que no la voy a aprobar jamás ; ) ... en fin, que solo voy a seguir la estela de tu vuelo y me voy al final ... a tu pregunta ¿que sentido tiene la vida humana? Siempre me asombra que esta pregunta atormente tanto a todo el mundo, a mi nunca jajaja Para mi, tal cual comentas que la muerte es un proceso, siempre he tenido claro que la vida es otro y el sentido de ella es justamente ese transcurrir por ella mientras lo haces, todo lo que experimentas, compartes, descubres, todo lo que sientes ¿ por qué se necesita más justificación que tener la oportunidad de pasar por todo eso? Cuando digo que la vida me parece un regalo inmenso, no lo digo por decir, ni en plan buenista o con ningún matiz religioso, es que lo siento así, cada día me despierto con la alegría de saber – incluso cuando lo que me espera me asusta- que lo que sea que viva será único e irrepetible y eso me hace sentir inmensamente afortunada, - podía no haber existido nunca y aquí estoy ; ) por eso no necesito más explicaciones existenciales de lo que disfruto en cada instante, justo por eso, porque lo disfruto, incluso cuando lo paso mal, espero que eso pase rápido, porque sé que llegará ese otro instante en el que me volveré a sentir bien y porque lo he pasado mal, me va a saber el doooble de rico.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta entrada tuya, un beso!
PD
¿Sabes qué? creo que no voy a notar a la vejez cuando llegue, porque llevo olvidándome de todo durante toda mi vida, soy el despiste con patas… seguramente por eso me siento tan afortunada, he tenido millones de oportunidades perdiendo y olvidándolo todo desde que nací ; )
Pues, a riesgo de que se pueda entender mal, te diré que mi deseo sería que notaras la vejez. Convengamos que no es cómoda, que duele y en ocasiones es triste, pero amiga, es el culmen de la vida. En cuanto a olvidar, si a ti te vale así, perfecto. Yo intento no olvidar nada; ni bueno, ni malo. En eso está precisamente el aprendizaje. Pero eso no significa que el no olvido motive rencores.
EliminarRicard, a mí no me vale olvidar, lo olvido todo sin querer y bueno, algunas cosas queriendo. Mi naturaleza es la q es , no se me ha permitido elegir otra, así q asumo lo q hay y vivo lo mejor que puedo con ello. Cuando llegue mi vejez -a lo mejor estoy en ella y no me he enterado o a lo mejor no llego nunca- te contaré o no ; )
EliminarCasi que puedo apostar a que no me podrás contar nada. Jajajaja!!! Ya habré despegado y estrellado el avión.
Eliminarjajajaja nooooo quien sabe!!! a lo mejor se estrella el mío antes que el tuyo ; ) Muaks!
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