El episodio del Colegio Mayor Ahuja en Madrid del que hablábamos en el anterior post, es repugnante. Sin paliativos. El más rancio machismo en estado puro, sin disfraz. Uno se puede preguntar qué es lo que nos acurre en este país, pero difícilmente encontrará alguna respuesta medianamente lógica. Una vez más el argumento resulta ser "la tradición", como el precipitar cabras desde lo alto de un campanario, embolar toros en las fiestas o lidiarlos a muerte en la llamada "Fiesta Nacional".
Uno empieza a sospechar que la palabra tradición es un eufemismo de estupidez Todo un catálogo de idioteces que van desde la tomatina hasta los san fermines pasando por... donde quiera Vd. pasar.
Sería grande aunque solo fueran tres. ¿Qué nos está pasando?
Iba a añadir a estos párrafos la foto de la Presidenta Ayuso que preguntada por la prensa, se niega a condenar los hechos, pero me da tanto asco que prefiero poner la foto de un perro rabioso que veo como muy representativo de la misoginia que nos envuelve.
Ya está todo dicho-
Las declaraciones de Ayuso son para nota, pero no hay que obviar que en Madrid estos hechos mucha gente, empezando por las alumnas insultadas, lo considera normal, una tradición, ese es el real problema,
Es lo que menciono en el post. La desdichada costumbre de argumentarlo todo acudiendo a la tradición. Penoso.
El silencio de la Ayuso dice muchas cosas.
En la clase social a la que pertenecen esos "verracos en celo", el machismo está oculto por las apariencias, pero sigue vigente como hace cincuenta años.
Nadie evoluciona si no lo necesita, y a una clase social capaz de desembolsar dos mil euros mensuales para la educación de sus cachorros no le hace falta evolucionar ni cambiar, ellos son el poder que controla nuestra sociedad.
Saudos
Lo de la presidenta Ayuso es representativo del bajo nivel de ciertos políticos -que juegan a serlo- españoles. Los días de gloria de alguien que por azar se vio encumbrada -con promoción de una mano derecha consejera en la ardiente oscuridad- y que tiene que hacer o decir algo para: primero, favorecer los intereses privados; segundo, para hacerse notar y crear espacio político que ora escora a un lado o a otro. Pero volvemos a lo de siempre: el problema no son ellos, es la ciudadanía que les da carta blanca.
...es la ciudadanía que les da carta blanca.
Coincidimos en esta opinión.