En ocasiones es el Sol interior el que se eclipsa. Si la Luna llena simboliza nuestras emociones más románticas la nueva suele representar aquellas otras emociones oscuras que habitan en la parte menos luminosa de nuestro inconsciente. Los eclipses suelen darse con la luna en fase nueva. Cuando esa Luna se interpone entre nuestro punto de vista y el disco solar, acaece un eclipse.
Del mismo modo, cuando las negatividades que habitan en el lado oculto de nuestra personalidad no nos dejan ver la parte radiante de nosotros mismos, entonces el eclipse es interior y nos oscurece y apaga.
En los eclipses astronómicos el consejo principal suele ser que hay que proteger los ojos al observarlo. De modo semejante, en el eclipse interior hay que proteger los ojos del alma. Y aunque en este caso no hay un brillo que los pueda cegar; si que hay una oscuridad que nos ciega de otro modo y que no nos permite ver con objetividad.
Hubo un tiempo en que los eclipses astronómicos eran a la vez angustiosos y hermosos. El conocimiento y el saber su naturaleza, consigue que ya solo sean hermosos.
Poco a poco la psicología, también conseguirá que por lo menos, si no hermoso, el eclipse interior, sea menos angustioso.
Del mismo modo, cuando las negatividades que habitan en el lado oculto de nuestra personalidad no nos dejan ver la parte radiante de nosotros mismos, entonces el eclipse es interior y nos oscurece y apaga.
En los eclipses astronómicos el consejo principal suele ser que hay que proteger los ojos al observarlo. De modo semejante, en el eclipse interior hay que proteger los ojos del alma. Y aunque en este caso no hay un brillo que los pueda cegar; si que hay una oscuridad que nos ciega de otro modo y que no nos permite ver con objetividad.
Hubo un tiempo en que los eclipses astronómicos eran a la vez angustiosos y hermosos. El conocimiento y el saber su naturaleza, consigue que ya solo sean hermosos.
Poco a poco la psicología, también conseguirá que por lo menos, si no hermoso, el eclipse interior, sea menos angustioso.
Eres la lecha cambiando cabeceras. La de hoy me gusta mucho. Esa especie saturnal que ondea cual bandera al viento y no cesa.
ResponderEliminarEl caso es entretener la neurona. O dicho de otro modo: no tengo gato que peinar (por aquello del dicho popular que afirma que el que nada tiene que hacer, peina el gato) Celebro que te haya gustado.
EliminarEstoy de acuerdo con la semejanza del eclipse solar y lunar y el del interior del individuo. Muy bien. Como las sombras, la luz cegadora o los sueños, el universo exterior está presente y nos habita, y a la vez le devolvemos la visita.
ResponderEliminarEn otros tiempos los eclipses podían ser manipulados tanto por la ignorancia de la masa como por la ambición aprovechada de castas de poder, militares o religiosas. Verdaderas angustias, sin duda, y a la vez chivo expiatorio de la barbarie.
Lo peor es siempre la noche del alma, y me quedo con el carácter literario de la expresión.
Ojo! porque con la analogía entre eclipse interior y exterior intento una invitación a la reflexión sobre el hecho de que del mismo modo que antiguamente se manipulaba a través del miedo al eclipse solar, hoy, aún hoy, se trata de manipular a través del eclipse interior.
EliminarAhora estamos en lo de los eclipses interiores, mucho más preocupantes y de los cuales cada vez se habla más. Será que ahí también hay algo que pillar.
ResponderEliminarSin duda. Se rumorea que el /los productos estrella, los más productores de beneficios para las farmacéuticas, ahora ya son los antidepresivos, ansiolíticos y las "pastillitas para dormir"
EliminarPor otro lado, hay que tener cuidado con el tandem psicólogo/psiquiatra que son los máximos creadores de psicopatologías "a medida".
Puedes ir a su consulta porque tienes un poco de ansiedad y sales con algún diagnóstico de esos de "venga a verme una vez por semana durante los próximos tres meses"
Muy bien traído el eclipse.
ResponderEliminarSituaciones en que los "ojos del alma" son" velados, eclipsados.
Dentro de nosotros convive en singular abrazo lo más alto y lo más bajo.
Y para transitar ese camino, es necesaria fortaleza interna y confianza en la vida.
Un abrazo Ricard.
En eso estamos; unas veces mas o tras menos, pero estamos.
EliminarVaya, ahora me explico yo lo del hombre lobo :-)
ResponderEliminarUn abrazo.