Y seguimos contemplando el teatro del mundo. Entre redobles de misiles al viento, se escuchan campanadas de muerte cada vez más cercanas. Llantos de niños hambrientos y quejidos de ancianas moribundas junto a un gato esquelético en los sótanos malolientes de algún edificio en ruinas.
Mientras, en las sedes del poder de la nueva Europa, nada parece nuevo y nada parece Europa. Y en la casa madre del gran tratado, aquel del Atlántico Norte, porque el Sur queda siempre muy lejos, un socio sospechoso veta acuerdos importantes con excusas poco creíbles.
Un tratado asombrosamente endeble y decaído donde el sudeste le dice a los pueblos fineses y suecos aquello tan turco de:
—"Primero la pipa de agua, luego el té y ya quedaremos para mañana"—
Pero mañana ¿a qué hora?
—Ya lo veremos mañana—
Nada nuevo bajo la estrella, o el Sol, si lo prefieres.
¿Cuándo se ha resulto algo con el coraje necesario ?
¿Qué clase de pantomima con disfraces de prudencia y temor al hongo nuclear, no permite poner todas las cartas sobre la mesa del juego?
¿Acaso no saben que ese loco de cara inflada por los medicamentos, no necesita argumentos?
Estamos emborrachados de tanto parlamento, parlamentarios, debates y derechos y nos falta decisión, furia y valentía.
Mientras tanto, el gato esquelético ha abandonado el sótano, porque ya no soporta el hedor del cadáver de la anciana. A quizás tema que los niños se lo coman.
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Hete aquí el tinglado de la antigua farsa. No aprenem res de la historia passada i continuem comentent els mateixos erros.
No sé ni que decir... Muchos lamentos falsos delante de las cámaras y poco más hacemos. Y mientras, la guerra cruel, sigue.
¿Por qué no se puede parar la barbarie?
¿Cuántas guerras hay y para qué sirven?
¿Por qué no es negocio que prevalezca el bienestar ?
Supongo que las respuestas están en el viento.
Així ho va dir en Dylan, pero han pasat molt anys i el vent segueix bufant sense dir res de res. Salutacions!
La justicia no existe, sólo el poder. Asistimos a la reconfiguración del mapa político entre los que la tienen más grande y aquí el que ha jugado mal sus cartas es Ucrania, animado y embaucado por EE.UU. Cualquier otra consideración, por muchos tintes humanistas que tenga no vale para nada. Así de crudo.
Un abrazo