Una llamada



En su email entre otras cosas decía:
— ¿Te importaría facilitarme tu número de teléfono? —
Y es que no lo pensé ni un momento. Al responder, incluí mi número de fijo. No acostumbra a usar mucho el móvil y tiene una tarifa sin llamadas ilimitadas. Añadí que si lo prefería, le podía llamar yo. 
—No hace falta; yo te llamaré—
Tiene 92 años y vive en el barrio que dejé, no sin algún pesar, cuando me mudé desde Girona, al pueblo donde ahora vivo. 

Fue una conversación que me dejó perplejo y con las neuronas a tope. Transcribo el trocito que se relaciona con el blog y usando la memoria como borrador de contenido. Fue algo así:

—Ricard, me gusta leerte y ver tus fotografías. Con las fotografías no tengo problema aunque mi nieto, tuvo que hacerme una cuenta en Tumblr o no podía entrar a tu "exposición"¹. También me enseñó a ampliarlas. Así que aquello ya lo domino, pero en donde escribes lo tienes muy complicado y la letra es muy pequeña. A veces uso una lupa de pocos aumentos pero muy grande de diámetro. Sería estupendo que fuera más sencillo y con letras grandes...

¿Cómo iba a poder negarme? —No podía.
Reflexioné y decidí que este blog, sería lo máximo sencillo posible. Se acabaron los "slides" los carruseles, los mosaicos de destacados y otras mandangas. Se acabó el sidebar y los artilugios necesarios, está ocultos en páginas o en el mismo código de la plantilla. 
Y me he puesto el delantal de cocinar código y he adaptado esta que ya podéis ver. Solo falta recoger los papeles protectores de los muebles y abrir las ventanas para que no huela a pintura.

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En mi blog (Ricard Pardo)

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